Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


195
Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 21 de enero de 1861
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 78, 1.243, 1244
Tema: Indemnización a varias provincias para reparar las pérdidas ocasionadas por las inundaciones

El Sr. SAGASTA: El Sr. Burriel me ha atribuido palabras que yo no he pronunciado. S. S. ha supuesto que yo había dicho que notaba cierta contradicción entre el preámbulo y el articulado del proyecto. Yo no pude notar tal cosa ni menos decirla, porque yo he firmado el dictamen, y no había de venir aquí a combatir mi propia obra. No; lo que he dicho es que en el preámbulo se habla detalladamente de una cosa que quise constara en el articulado, pero que por no poner obstáculos a la comisión cedí a que sólo constara en el preámbulo, sin perjuicio de hacer Ia recomendación que he hecho de palabra. De consiguiente no hay contradicción, porque el articulado no se opone a que la junta y el Gobierno atiendan a la distribución de esos fondos a los pueblos, y yo he tenido buen cuidado de que los artículos del dictamen se redacten de tal modo, que puedan ser incluidos los pueblos; no se habla de personas; se dice los que lo hayan perdido todo, y en esto se pueden comprender los pueblos; se dice los que hayan hecho esto o lo otro, y también esos incluidos los Pueblos. En el art. 1.° se dice:" Se concedes tantos millones con motivo de Ias desgracias ocurridas por las avenidas." Bien; pues en el art. 1.º están comprendidas las desgracias que pueden afectar al municipio, a la comunidad, a la destrucción de la iglesia, de la escuela o del puente. Así lo ha entendido la comisión y también el Gobierno, y para que no quede duda al Sr. Burriel, me tomaré la libertad de excitarle para que se sirva hacer esta declaración.

Respecto al maximun de la cantidad a que S.S. ha hecho referencia, es muy difícil que la comisión la pueda fijar, porque depende de muchas circunstancias que es imposible que la comisión tenga presentes, de circunstancias de localidad, de posición de la persona a quien haya que aliviar, y de otra porción de pormenores que resultarán del expediente que se incoe, porque la comisión es imposible que pueda prever. Es cuestión de apreciación en vista de datos que la comisión no tiene. Por lo demás, conocerá el Sr. Burriel que habrá personas que quedarán remediadas con 8 duros y otras necesitaran 4 o 5.000 rs. El que con un pequeño capital ejerce una industria cualquiera, con 200 o 300 rs. quedará tal vez en disposición de seguir su industria o modo de vivir, y a otros será menester darles 5 o 6.000 rs. Esto no lo puede fijar la comisión, ni aun el Gobierno ahora.

S.S. también ha recordado al Gobierno la necesidad que tiene de cortar que vuelvan a repetirse estas desgracias. El Gobierno no tiene más que un medio de evitarlo, que es el de procurar que no se coloquen los edificios allí donde ya han sido destruidos. Por lo demás, ¿cómo quiere [1.243] S.S. que lo digamos? ¿Es posible que para en adelante se diga: Art....?" Quedan prohibidas las calamidades que han venido ocurriendo hasta aquí a propósito de las avenidas? " No hay más medio que ese que se ha leído en el proyecto, y que el Gobierno le ha acogido, como no pudo menos de acoger. Da la casualidad que yo que no soy amigo del Gobierno, alguna vez lo había de ser, y ya que siempre le hago la oposición, justo es que esté a su lado en esta ocasión.

Una palabra voy a decir nada más, ya que ha venido el Sr. Ministro de la Guerra, Presidente del Consejo de Ministros. Cuando antes usé de la palabra, pinté la situación precaria en que se encuentra Zamora, porque se han destruido una porción de casas que es imposible volverlas a edificar en el sitio donde estaban colocadas.

La ciudad de Zamora, que creo conoce el Sr. Presidente del Consejo, porque allí me parece que nació, o por lo menos vivió algún tiempo, se encuentra, como sabe S.S., cercada y tapiada con murallas; y si antes no había espacio para la población, calcúlese qué sucederá con las 300 casas que tienen que edificarse dentro de las murallas. Creo pues que es imposible la reedificación de esas casas, si el Sr. Ministro de la Guerra no mira con ojos piadosos a aquella ciudad, siquiera por el tiempo que en ella ha vivido y vivió su señor padre.



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL